Acerca
de la participación juvenil en la vida e implicación con Facebook
Luis
Martín Mendoza Ramírez, Estudiante de Posgrado, UIA León
Dentro de nuestra vida
contemporánea existen implicaciones tecnológicas que en promesa facilitarían lo
cotidiano y la potencia en los procesos humanos, sin embargo es necesaria
una discusión sobre lo que si caracteriza dicho avance, pero sobre todo, es
importante, observar los costos, riesgos para que en una mejor conciencia la
juventud siga en su carácter de espíritu transformador, crítico, ¿y por qué no?
rebelde.
Podemos observar numerosas
redes sociales en internet que se proponen como elementos de vínculos y
fortalecimiento de la interdependencia de las relaciones, el uso de Facebook se
implica como objeto o fenómeno de reflexión por lo que refiere a la calidad de
vida existencial, sobre todo de las y los jóvenes como venimos diciendo.
Una idea a precisar que podemos observar otros en trabajos o documentales (Steileger: 2011; La revolución
virtual: El precio de lo gratuito: 2012) sobre el tema, es que el consumismo,
la mercadotecnia, es decir el lucro y constante de un sistema que sobrevalora las ganancias financieras a
costa de la destrucción de la naturaleza, la desigualdad, exclusión,
inseguridad física y emocional, entre más, tiene como brazo aliado la facilidad
de las redes sociales. Es decir, los proyectos de aplicaciones, por ejemplo, vienen
a seguir siendo parte del esquema de negocios y no de construcciones sociales y
humanas.
Hay que asumir que el
carácter de la imagen pública, el encontrarse con antiguas amistades del
pasado, el quebrantamiento de la lejanía (al menos en carácter comunicativo),
el costo gratuito, etc., son elementos seductores y en buen punto de equilibrio
sostienen un favorable uso de la red social denominada Facebook.
Pero en contraste podemos
decir, que no se desarrollan los puentes (mucho
bonding y poco bridging: pijama surf –blog-: 2011) del ir y venir en los
comportamientos entre pares o bien, de comunidad, sobre todo en el carácter de
interdependencia, además existe la falta de concentración al momento presente,
inclusive la invisibilidad de la otredad, en el trabajo, familia y relaciones
de diversos modos.
La juventud no solo es una
etapa energética, sino de responsabilidad, de dudas, crisis, de no poder tener
las respuestas a la complejización de la proyecciones en mundo actual que nos confronta con
imposiciones, poca libertad de expresión, calentamiento global, por decir
algunos factores, pocos niveles de ocio saludables, las antítesis entre lo
social y corporativo, el debate entre la evolución y progresividad de los
Derechos Fundamentales y un neo-absolutismo.
Dentro del proceso
particular que he tenido en cuanto al uso de Facebook, he podido distinguir la
tendencia simplificadora del pensamiento. Esto implica que el costo de la
factura del uso prolongado del gadget sobre
todo en un sentido disperso y de poca conciencia, solo se aviva el
sedentarismo, el conformismo individual y colectivo, pero sobre todo, bloquea la
posibilidad de aportación a sí mismo, relaciones con sus diversas variables,
comunidad, Municipio, Estado, País, planeta y universo. Por supuesto, el
pensamiento implica sentir.
Ahora bien, si tomamos en cuenta
un marco conceptual breve sobre la juventud, visto desde el diseño de políticas
públicas, cuestiones psicológicas, científicas, deportivas, culturales y claro
es tecnológicas, y si tenemos en cuenta como clave la participación y el protagonismo
de dichos escenarios cabe mucho el éxito en lo concreto.
Algunas preguntas ahora,
¿realmente como joven estoy teniendo una participación real, cierta y efectiva
con el uso que conozco de Facebook? ¿Ese es el tipo de participación política,
académica, social y cultural que yo deseo y soy digna(o) de tal? ¿Qué pasaría
en mi proceso de vida, existencial y trascendental si las numerosas horas que
me implican el uso de redes sociales las involucro en el servicio comunitario,
emprendedurismo sustentable, deporte, diálogo real con personas, lectura, hasta
soñar, imaginar e intuir (González Galván: 2: 1998)?
Quizás estas respuestas deban
ser personales, pero comparto una hipótesis generalizada, en el tenor de que la
corporalidad, mente, emociones y espiritualidad estarían mucho más
energetizadas y el índice de felicidad sería elevado. La creatividad, pasión y
curiosidad también mejorarían al podernos observar más a nosotras (os) mismos
desde nuestros deseos.
Otro aporte también es
empoderamiento de la excelencia no solo académica (M.L. Mendoza Ramírez: 2012),
sino en diversos niveles y variables, superando incluso dichas premisas por
mejor profundizar en el conocimiento, y así, volver a la complejidad del
sentí-pensamiento con lo que se estaría con mejores recursos no solo para
enfrentar por ejemplo en nuestro país cuestiones de violencia hasta
institucional, corrupción, falta de calidad educativa, pobreza, entre otros
factores.
Complejizado el pensamiento
con la ayuda de la lectura, el arte, deporte, convivencia humana saludable,
habrá un tenor más contundente desde las acciones, actitudes, comportamientos,
decisiones y futuras aportaciones en la participación de cada joven.
Aspectos metafísicos como el
destino y la vida, están en la responsabilidad de sumar a nuevos paradigmas
como jóvenes. Como propuesta abierta al diálogo a fin de no olvidar la
perspectiva democrática, es necesario implicar a las redes sociales hacia el
aporte de nuestros procesos educativos.
La utilidad de plataformas
educativas, la rapidez para precisar tareas y entregarlas, el transporte de
información, la reducción de costos de impresión por el uso virtual., además
del debate on-line de tópicos de nuestras áreas tanto con profesores como
alumnas(os), son algunas ideas que pueden sumarse a una lluvia mucho más
amplia.
La vida entonces, requiere
la participación directa de muchas y muchos jóvenes, no desde el escenario de
lo virtual en un sentido individualista y poco nutriente, sino mejor que a
partir de la presencia en el aula, biblioteca, calle, codo a codo, familiar,
pareja, social, sistema político, de mercado, nacional, internacional,
intergaláctico, lo espiritual, físico, mental, emocional, cultural, artístico,
deportivo, jurídico, educativo, sexual,
psicológico, científico, en el mercado, académico, investigativo,
empresarial, pues claro está que necesitamos como humanidad con carácter de
urgente un nuevos modelos en los conceptos planteados.
Es importante que las
redes sociales y el uso del Facebook se
resignifiquen como herramientas al servicio de lo educativo propiciando así la
participación libre del sentí-pensar (Galeano) de numerosos jóvenes al abonar
ideas constructivas en la vida.
La redacción ortográficamente hablando tiene ciertas fallas, y las ideas no son del todo claro, interesante tema, pero creo que el planteamiento no es bueno
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